miércoles, 2 de diciembre de 2015

Texto y resumen

Zoquetes

    Uno de los pensamientos más tópicos de la Humanidad, propio del anquilosamiento de la edad, consiste en sostener que las nuevas generaciones son degeneraciones, y que la juventud actual es mucho peor que la juventud que uno vivió. En los muros de las pirámides egipcias se han encontrado graffitis milenarios que ya se quejaban de lo mismo, o sea, de lo maleducados y echados a perder que eran los jóvenes, lo que demuestra que este refunfuñe de la gente madura es una tontería sumamente añeja.
    Sin embargo, los españoles, siempre a la cabeza de la evolución humana, estamos a punto de conseguir rizar el rizo y hacer verdad, por primera vez desde Tutankamón, ese lugar común de la juventud calamitosa. Los informes demuestran, en efecto, que nuestros quinceañeros son los peores. Estamos a la cabeza del fracaso escolar y a la cola de los países desarrollados en educación. En lectura, matemáticas y ciencia, hemos logrado ser unos verdaderos marmolillos. Dicen los actuales responsables ministeriales, con modestia admirable, que éstos son los resultados esperables en un país con un nivel socioeconómico y cultural como el de España. Pero no, hombre; económica y socialmente ocupamos puestos muy superiores... Este pleno triunfo de la burricie nos lo hemos ganado a pulso, invirtiendo mucho esfuerzo en ello durante años, cambiando los programas de estudios cada dos días y pergeñando planes educativos más preocupados por la ideología y por la batalla del poder político que por el mundo real.
    Por lo demás, la sociedad entera ha colaborado en la debacle de muy diversos modos, como, por ejemplo, proponiendo a la juventud modelos de triunfadores salidos del basurero moral y mental de los reality shows televisivos y potenciando toda esa bazofia oficialmente. Ahí está, sin ir más lejos, ese proyecto de difundir la Constitución europea por medio de los concursantes del Gran Hermano, abracadabrante idea que, dicen, tiene el beneplácito de la vicepresidenta del Gobierno. ¡Duro con los jóvenes, descerebrémoslos a todos! A ver si conseguimos que nuestros hijos sean de verdad más zoquetes que nosotros, con lo que eso consuela los sinsabores de la edad madura.

Rosa Montero, EL PAÍS

RESUMEN

    Que las nuevas generaciones son siempre peores que las precedentes es un pensamiento que acompaña al ser humano desde sus orígenes. En España, la máxima está a punto de cumplirse gracias a las constantes reformas educativas y al encumbramiento televisivo de modelos moral y mentalmente inapropiados. Irónicamente se invita a la sociedad a participar activamente en dicho proyecto degenerativo.



El peligro neonazi

    Afloran los síntomas de una enfermedad social preocupante en los países democráticos : el resurgimiento , con el nombre que se quiera, de los grupos neonazis. Abordar el problema será, sin duda, uno de los retos no previstos por esas sociedades prósperas en las que anida el germen de la violencia, sea ésta contra razas, etnias, sexos, religiones o cualquier forma de diferencia respecto a lo que algunos consideran como propio.
    El viernes se produjo el tercer atentado consecutivo con estas características en Londres. El primero fue contra negros; el segundo, contra asiáticos; el tercero, contra homosexuales. Los sospechosos: los "Lobos blancos". No hace falta una gran perspicacia para adivinar la mano de la ideología nazi detrás de esta campaña, trágicamente repetida en la Europa que se creyó vacunada tras la II Guerra Mundial. En Alemania, pensadores y políticos alertan desde hace años sobre el peligro neonazi. En España se han dado casos puntuales, como en Francia. Estamos, por lo tanto, ante los síntomas de un problema serio que cuando se desata es difícil de combatir, porque su  origen está en la irracionalidad y en el fanatismo.
    En efecto, el diagnóstico no está claro, aunque debemos apuntar a que en su base está la frustración social de los grupos, normalmente de poca cultura y capacidad económica, que se sienten marginados o disminuidos por inmigrantes; o insultados en su código de valores por hábitos religiosos extranjeros , o por inclinaciones sexuales diferentes. Se podría decir que la educación es la respuesta. Pero no es sencillo. También puede ser necesaria la capacidad coercitiva pública.

La Razón

RESUMEN

    En países democráticos como Reino Unido, Alemania, Francia o España, resurgen grupos neonazis que ejercen la violencia contra todo aquello que consideran diferente. El problema es difícil de resolver porque tiene su origen en la irracionalidad y porque, aunque estos fanatismos se asocian a personas de nivel socio-económico bajo, la educación no se plantea como única respuesta.

Norma panhispánica


La política lingüística panhispánica

  En los últimos años, la Real Academia Española y las veintiuna Academias de América y Filipinas que con ella integran la Asociación de Academias de la Lengua Española vienen desarrollando una política lingüística que implica la colaboración de todas ellas, en igualdad y como ejercicio de una responsabilidad común, en las obras que sustentan y deben expresar la unidad de nuestro idioma en su rica variedad: el Diccionario,la Gramáticay la Ortografía.

  Este decidido compromiso académico de avanzar en una acción conjunta trasciende el ámbito lingüístico para constituirse en un refuerzo de lo que es la más sólida base de unión de los pueblos hispánicos en la Comunidad Iberoamericana de Naciones: el idioma. Las facilidades de comunicación ofrecidas por las nuevas tecnologías han favorecido el trabajo concertado de las Academias, que, de este modo, han forjado una poderosa y activa red de colaboración que, más allá de cualquier retórica fácil, materializa una política de alcance internacional.

Unidad en la diversidad

  Una tradición de siglos, oficialmente reconocida, confía a las Academias la responsabilidad de fijar la norma que regula el uso correcto del idioma. Las Academias desempeñan ese trabajo desde la conciencia de que la norma del español no tiene un eje único, el de su realización española, sino que su carácter es policéntrico. Se consideran, pues, plenamente legítimos los diferentes usos de las regiones lingüísticas, con la única condición de que estén generalizados entre los hablantes cultos de su área y no supongan una ruptura del sistema en su conjunto, esto es, que ponga en peligro su unidad.

  En una tarea de intercambio permanente, las veintidós Academias de la Lengua Española articulan un consenso que fija la norma común para todos los hispanohablantes en cuestiones de léxico, de gramática o de ortografía, armonizando la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza.