jueves, 28 de abril de 2016

Carmen Laforet, la chica rara

http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-carmen-laforet-miedo-gloria-chica-rara/3593312/

Presentación de Mistralia de Eugenio Fuentes


IES AL-QÁCERES, 21 de abril de 2016

Los alumnos de 2º Bachillerato de Artes Escénicas sorprendieron a Eugenio Fuentes al presentar su última novela, Mistralia, con una dramatización protagonizada por los propios personajes de la obra y en la que hicieron participar al mismísimo escritor.





Muchísimas gracias a Maxi Leal (Cupido), Raquel Bejarano y Javier Quintanilla (hermanos Méndez), Elena Parro (Sonia) y Paula Martín (Senda)  por su entusiasmo y su entrega.
Los que allí estuvimos disfrutamos con vuestro buen hacer.
¡Que la literatura os siga inspirando!









domingo, 24 de abril de 2016

domingo, 17 de abril de 2016

Shakespeare, el inagotable

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/11/babelia/1460383983_701557.html?id_externo_rsoc=FB_CC

Cervantes furtivo

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/13/babelia/1460547672_146769.html?id_externo_rsoc=FB_CC

Descubrir a Dostoievski es como descubrir el amor o como ver el mar por primera vez

Recuerdo muy bien la primera lectura de Los hermanos Karamazov a los dieciocho años, solo en una habitación de una casa que daba al Bósforo. Era el primer libro de Dostoievski que leía. En la biblioteca de mi padre había una traducción turca publicada en los años cuarenta a partir de la versión inglesa de Constance Garnett y el título de aquella novela, que de una manera misteriosa sugería todo el exotismo, la diferencia y la fuerza de Rusia, llevaba bastante tiempo llamándome a un mundo nuevo.
Como todos los grandes libros, Los hermanos Karamazov tuvo dos efectos instantáneos en mí: me hizo sentir al mismo tiempo que no estaba solo en el mundo y, por otro lado, que era alguien desamparado, solo en mi rincón. Al ir viendo complacido lo que la novela me mostraba poco a poco, sentía que no estaba solo porque, como me suele pasar cuando leo grandes libros, las ideas que tanto me agitaban ya se me habían ocurrido antes, y algunas escenas y entonaciones escalofriantes casi las recordaba como si las hubiera vivido. Por otro lado, mi primera lectura del libro también me daba la sensación de soledad puesto que me mostraba ciertas verdades básicas sobre la vida de las que nadie hablaba, que nadie mencionaba. Me daba la impresión de ser el primero que lo leía. Era como si Dostoievski me susurraba al oído cosas privadas sobre la humanidad y la vida que nadie más sabía. Esa información secreta tenía tanta fuerza y era tan inquietante que cuando me sentaba a cenar con mis padres o cuando, como siempre, intentaba charlar con mis compañeros en los atestados pasillos de la Universidad Técnica de Estambul, en los que siempre se hablaba de política, sentía que el libro se agitaba dentro de mí y que la vida ya no sería la misma; notaba que frente al mundo grande, amplio y sorprendente de la novela, mi propia vida y mis preocupaciones eran pequeñas e insignificantes. Me apetecía decir: “Estoy leyendo un libro que me agita, que está cambiando mi mundo entero y eso me asusta”. En alguna parte Borges dice: “Descubrir a Dostoievski es como descubrir el amor o ver el mar por primera vez, marca un momento importante en la vida”. El momento en que leí a Dostoievski por primera vez supuso para mí la pérdida de la inocencia con respecto a la vida.
Orhan Pamuk
Los hermanos Karamazov
Otros colores

POESÍA HISPANOAMERICANA

https://drive.google.com/open?id=1_R-h6AtiPuZodcd4H3pw0l5bjeMNFGTB

miércoles, 13 de abril de 2016