jueves, 15 de septiembre de 2016

El léxico castellano: procedimientos de formación léxica y relaciones semánticas entre las palabras.


El léxico de un idioma o lengua es el conjunto de palabras que están a disposición de los hablantes. De su estudio se ocupa la Lexicología. Se reserva el término de Lexicografía a la labor de composición de los diccionarios. El léxico del castellano está constituido por palabras de distinta procedencia, aunque las palabras latinas constituyen la base original y el mayor fondo del léxico, en tanto que las demás se fueron incorporando a la lengua en distintas etapas de la historia y con distintos procedimientos. En este tema haremos dos grandes partes: en la  primera analizaremos el léxico heredado (del latín, patrimoniales, cultismos, semicultismos y dobletes) y los préstamos lingüísticos; en la segunda parte, nos detendremos en el análisis de los métodos de composición de palabras. 


I. LÉXICO HEREDADO.

a) De evolución completa: Patrimoniales
b) De evolución detenida: cultismos y semicultismos
c) Préstamos
  

PALABRAS PATRIMONIALES son las que han estado presentes en un idioma desde sus orígenes. Proceden de voces latinas que han evolucionado a través de los siglos, aunque no todas tienen un origen directamente latino: el latín hablado había ya incorporado algunas voces procedentes de otras lenguas con las que convivía (del griego, del celta, de las lenguas germánicas...).

Hay ciertas palabras heredadas que, por diversas razones, conservan una forma próxima a la que tenían: son los CULTISMOS Y SEMICULTISMOS. Los cultismos son palabras que conservan una forma muy próxima a la del latín: gloria (de ‘gloria’), caridad (de ‘caritatem’); semicultimos son palabras que han sufrido algunos cambios, pero no han completado del todo su evolución fonética (milagro, de ‘miraculum’; siglo, de ‘saeculum’) Y por último, los debletes se producen cuando un mismo étimo o raíz ha originado dos palabras, una culta (dada su introducción tardía) y otra popular o patrimonial. En estos casos los dos términos se diferencian semánticamente; ejemplos: clavis>llave, clave; clamare>clamar, llamar.

Los PRÉSTAMOS son palabras tomadas de otras lenguas: germanismos  (guerra, rico); arabismos (azul, alfiler, aldea); galicismos (jardín, asamblea, carpeta; los más recientes conservan aún la grafía y a veces la pronunciación originales: chalet, boutique, élite, maillot...; italianismos (brújula, novela, fachada...); indigenismos americanos (tabaco, huracán, caníbal...); anglicismos, que son los más productivos en la actualidad (túnel, líder, fútbol, jersey penalty, hall, spot, gangster, parking...); gitanismos (sobre todo en el español popular: chaval, mangar, chalado...); latinismos y helenismos (aquellas voces  tomadas del latín y del griego incorporadas a la lengua en algún momento posterior a su formación: simposio, teléfono, psicología...). La mayor parte de los préstamos experimentaron en el proceso de incorporación al castellano una adaptación fonética y gráfica (fútbol). Pero en ocasiones, en los préstamos más recientes, existe la tendencia a conservar la forma fonética y gráfica del original (basket, zapping, boutique.) También pueden considerarse como xenismos las expresiones latinas (latinismos) que se utilizan en su forma original: grosso modo, a posteriori, quórum...


II. PROCEDIMIENTOS DE CREACIÓN DE PALABRAS

Las lenguas van variando su vocabulario para adaptarlo a las necesidades expresivas de sus hablantes, que cambian constantemente como cambia el mundo. Desparecen muchos términos (son los arcaísmos: hogaño, guisa, otrora) y aparecen otros nuevos para designar nuevas realidades (neologismos).

Existen diferentes procedimientos de creación de palabras:

A) Procedimientos morfológicos: La derivación, la composición y la parasíntesis.

1.- DERIVACIÓN
Consiste en formar nuevas palabras mediante la adición de afijos (sean SUFIJOS o PREFIJOS) al morfema nuclear.: librería, cocinero, subsuelo... .

            2.- COMPOSICIÓN:
Consiste en formar nuevas palabras  mediante la suma de dos morfemas nucleares  diferentes (que pueden ser léxicos o  gramaticales),  identificables como tales por el hablante y que pueden  aparecer independientemente), o por la unión de dos palabras previamente existentes: asimismo (así + mismo), pasodoble, hispanoamericano, sacacorchos, hombre-rana, blanquiazul, anglo americano, geología, cosmonave, democracia, petrolífero...

Los principales  procedimientos por los  que se forman las palabras compuestas son:
a) Por yuxtaposición de palabras, con o sin guión (compuestos no consolidados; hay  varios grados de consolidación): político-social, coche-cama; buque hospital
b) Por agregación directa de palabras (a veces con alguna modificación del primer elemento) formando una sola unidad gráfica: malestar, pasodoble. agridulce. rojiblanco, hispanoamericano, inútilmente
c) Por agregación de una forma prefija griega o latina a una palabra española: monoplaza, cosmonave, automóvil.
c) Por agregación de una forma sufija griega o latina a una base española: petrolífero, herbívoro.
d) Por suma de una forma prefija y una forma sufija griegas o latinas: teléfono, termómetro, biología, democracia, neofascista, seudoliberal. (“Compuestos imperfectos” los llama la Academia). /Con preposiciones, hay vacilación entre considerarlas compuestas o derivadas: anteojos.
  
3.- PARASÍNTESIS
Es un caso especial de composición y derivación. Podemos distinguir dos casos:
a) Compuestos parasintéticos, si concurren, de forma solidaria, la composición y la derivación para formar una nueva palabra (lex + lex + sufijo), sin que exista en la lengua ni el compuesto solo ni el derivado solo: picapedrero, hojalatero, sietemesino;
b) Derivadas parasintéticas:  palabras  formadas  por la acción solidaria de un prefijo y un sufijo que actúan sobre la base léxica (sin que exista en la lengua la palabra sólo con prefijo, o sólo con sufijo; es decir la combinación siempre es ‘prefijo+lexema+ sufijo’): descarrilar, descuartizar, endulzar, reblandecer, aterrizar, adelgazar...



B) Procedimientos léxico-semánticos (además de los préstamos, que consideramos léxico heredado):

1) Onomatopeyas: Formación de palabras por imitación de los ruidos naturales: tic-tac, miau, quiquiriquí, pío-pío...
2) Los préstamos, de los que ya hemos hablado: estándar.
3) Creaciones ex-nihilo: de la nada, algunas basadas en procedimientos fónicos u onomatopéyicos, como bobo, lelo, bárbaro, tártaro; otros motivados, como euro; otros nacidos de la nada, como la palabra gas.


C) Procedimientos fónicos y gráficos:

1)                             Acortamiento de palabras: consiste en la reducción de un palabra, bien por la eliminación de fonemas finales (apócope), bien de los iniciales (aféresis): foto, bici, tele, profe,  chacha (de ‘muchacha’), Nando (Fernando).

2)                             Siglas y acrónimos: En sentido estricto una sigla es toda letra inicial que sirve como abreviatura de una palabra, pero la propia Academia la define como el vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras. Cuando la sigla puede deletrearse prefiere conservarse el término sigla (I.P.C.; U.G.T.). Sin embargo, cuando la sigla se pronuncian  asignando a cada letra su valor fónico como si formara una sola palabra se prefiere el término de acrónimo (RENFE, ESO, LOGSE, OTAN). En muchos casos el hablante llega a perder la conciencia de que se trata en realidad de siglas, como en sida). Según las reglas de la Academia, las letras que formas siglas se escriben con mayúscula y, por lo general, sin puntos, sobre todo cuando esas siglas han pasado a formar palabras; la generalización de los acrónimos puede incluso permitir escribirlos con minúscula, total o parcialmente (uvi, talgo, Unesco). También son acrónimos las voces nuevas formadas uniendo el comienzo y el final de de dos términos de un compuesto (autobús -automóvil omnibus-, motel -motor hotel-, informática -información automática-).


III. HOMONIMIA, POLISEMIA, SINONIMIA Y ANTONIMIA. CAMBIOS SEMÁNTICOS.

La Semiótica, en un plano superior, se ocupa del significado de los signos verbales y no verbales. La Semántica, dentro de la Semiótica, se ocupa del estudio del significado de los signos lingüísticos y de las relaciones que mantienen entre sí. En los últimos años, los estudios semánticos se complementan con los pragmáticos, que relacionan el uso de las expresiones lingüísticas con los interlocutores y con la situación comunicativa en la que se producen los mensajes.

Las palabras adquieren su valor en tanto se relacionan con otras palabras. Un tipo de esas relaciones son las que se basan en el significado, las relaciones semánticas y los fenómenos que producen: homonimia, polisemia, sinonimia, etc. Las relaciones semánticas pueden ser, además, sintagmáticas (sintácticas), con las palabras que aparecen en una oración, o paradigmáticas, con aquellas palabras que podrían aparecer en su lugar dentro de la oración. Los rasgos distintivos de las palabras en cuanto al significado son los semas, es decir, cada una de las características que conforman el significado de la palabra. Así por ejemplo, la palabra soborno posee una serie de semas: es una infracción, se obtiene beneficio por parte de una tercera persona, se trata de un acto de corrupción, etc. El conjunto de significados que definen el concepto significativo de una palabra es el semema. Se denomina campo semántico, en cambio, al conjunto de palabras que comparten uno o varios significados. Así, por ejemplo, palabras como ofensa, crimen, amenaza, atentado, asesinato, malversación, etc. comparten un mismo campo semántico: ser infracciones merecedoras de pena o castigo.


            FENÓMENOS SEMÁNTICOS

Atendiendo a las relaciones que establece el significado con el significante, se producen algunos fenómenos semánticos en los que nos vamos a  detener:
                  Se llaman palabras MONOSÉMICAS a aquellas que tienen un solo significado. Si a un significante se le pueden atribuir varios significados se denomina POLISEMIA. Es el caso de palabras como arco que, según el diccionario de la R.A.E., tiene doce significados, o tabla, que tiene treinta y seis.
                 
La polisemia surge por dos factores:

-          De economía lingüística: el hablante sólo tiene que recordar una forma fonética para varios significados.
-          De carácter evolutivo: Al progresar una sociedad, permite que algunas palabras puedan incluirse en niveles de expresión específicos (tecnicismos) con otros significados.

La HOMONIMIA presenta, aparentemente, ciertas similitudes con la polisemia. Sin embargo, las diferencias son sustanciales, ya que el fenómeno de la homonimia consiste en una identificación fonética  __igual pronunciación, y en algunos casos, igual escritura__ de dos palabras totalmente distintas en su origen, pero que con el tiempo han coincidido en el significante: Al tratarse de palabras distintas, sus significados también lo son. Por ejemplo la palabra dado, que tiene dos orígenes. Por un lado es de origen oriental y se refiere a la pieza que usamos para jugar; y, por otro, es el participio pasivo del latín datus. Las dos palabras son etimológicamente distintas y han venido a coincidir en la forma, pero no en su significado.

Hay dos tipos de homonimia:
--Homófona: Son palabras que tienen la misma pronunciación, pero se escriben de forma distinta: haya (árbol) y aya (niñera); hablando (gerundio del verbo hablar) y ablando (presente de ablandar).
--Homográfica: Son palabras que se pronuncian igual y que, además, tienen la misma escritura: duelo (del latín duellum, combate entre dos) y duelo (del latín dolus, dolor, lástima).

                  SINONIMIA: Es un fenómeno distinto. Consiste en que varios significantes tienen el mismo significado. Cuando el significado es idéntico, hasta el punto de poder sustituir una palabra por otra, se habla de sinonimia total (enviar y mandar, por ejemplo). En aquellas que tienen un significado parecido, pero poseen matices diferenciadores que no las permiten cambiarse en todos los contextos, existe sinonimia parcial (por ejemplo entre gustar, agradar, complacer y satisfacer). Generalmente la sinonimia nunca es absoluta porque cada palabra conserva un matiz que le hace diferente de su sinónimo en contextos determinados, como podemos observar en esta retahíla de palabras y expresiones sinónimas: morir, fallecer, fenecer, descansar, expirar, criar malvas, estirar la pata, pasar a mejor vida, etc.

                  ANTONIMIA: Las palabras antónimas son las que poseen significados contrarios: poco-mucho; caro-barato; homogéneo-heterogéneo, etc. El término opuesto se puede crear añadiendo un prefijo (in-, anti-, des-, i-) al lexema __antonimia gramatical__ como en el caso de creíble/increíble, ecológico/antiecológico, honesto/deshonesto, lícito/ilícito; o expresando una palabra totalmente distinta __antonimia léxica__ como entre crear-destruir, cuerdo-loco, etc. A veces los antónimos no son rigurosamente contrarios, sino que debe hablarse más bien de términos recíprocos: día/noche; blanco/negro; comprar/vender.
                 
HIPERONIMIA/HIPONIMIA: Los significados se estructuran en relaciones jerárquicas en dos ejes: vertical, que va de lo genérico a lo específico, y horizontal, que agrupa signos léxicos de un mismo nivel. Al término genérico se le conoce como hiperónimo, mientras que el subordinado es hipónimo. Todos los hipónimos son cohopónimos entre sí. Ejemplo: Hiperónimo: AVE; hipónimos: paloma, ruiseñor, canario, etc. que son cohopónimos entre sí.


DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN

La denotación es el significado objetivo que tiene una palabra. Sería el significado que aparece en el diccionario, que informa de una realidad sin emitir valoraciones. Si a ese significado objetivo se le añaden nuevos significados como consecuencia de la asociación de valoraciones subjetivas, entonces hablamos de connotación. Sirva como ejemplo la palabra “ciprés”. Según la R.A.E., es un árbol de la familia de las cupresáceas. Es su significado objetivo, denotativo. Sin embargo, en la sociedad española, el ciprés adquiere notables valores connotativos, ya que es el árbol habitual en los cementerios, y tiene significados asociados con la muerte.

            LOS CAMBIOS SEMÁNTICOS.

Las lenguas son algo vivo, dinámico, en constante evolución. Están sometidas a continuos cambios y algunos de ellos afectan directamente al significado de las palabras. Las transformaciones, matizaciones y adaptaciones del significado que se producen a lo largo del tiempo reciben el nombre de cambios semánticos. Las causas por las que se suelen producir estos cambios pueden ser:
a.Históricas: la evolución de la sociedad y los avances tecnológicos han provocado numerosos cambios de significados. Piénsese en palabras como “hortera”, que antes sólo se refería a una clase de escudilla o cazuela, y ahora se refiere a alguien vulgar; o la palabra ratón en su uso informático.
b.Psicológicas: Como puede ser la identificación de los animales con comportamientos humanos: Burro, gallina, víbora.
c.Contextuales: Palabras que se crean contagiadas por el significado de otra cercana: puro (habano).

d.Sociales: en las que hay que incluir palabras consideradas tabúes __prohibidas por pudor social o exceso de puritanismo__ y se sustituyen por eufemismos __expresiones aceptadas socialmente__. Ejemplos: invidente por ciego; conflictos laborales por huelga; hombre de color por negro, etc.


Departamento de Lengua castellana y Literatura del IES Al-Qázeres

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